Fue viendo
Materchef Chile que encontré la inspiración para escribir estas palabras ya que
si no hubiera sido por este programa jamás habría relacionado la arquitectura
con la cocina. Dos años después de haber estudiado arquitectura me doy cuenta
de los rasgos que tienen en común la práctica de cocinar con el deporte
arquitectónico. Ambas son profesiones que necesitan un grado altísimo de
perseverancia y de práctica ya que las variables que componen cada una de estas
dos actividades son infinitas. El tratamiento de los ingredientes, el proceso,
el fondo y la forma además de la relación entre lo natural y el ser humano son sólo
algunas de las similitudes que podemos encontrar en la cocina y en la
arquitectura.
Quien practica cualquiera de estas profesiones y quiere llegar al éxito está obligado a hacerlo durante la mayor parte de su tiempo ya que si no es imposible llegar a un grado de profesionalidad suficiente como para realizar un gran plato o una gran obra. Por eso las dos son como un deporte en el cual la práctica es la que va a determinar el éxito o el fracaso. Son ambas profesiones en donde se debe dar una respuesta que tiene que satisfacer al público en general, al comensal o al visitante.
Los ingredientes, que pueden estar
previamente procesados o no es unos de aquellos aspectos que se debe tratar de
una forma muy similar tanto en la arquitectura como en la cocina. El
ingrediente del cocinero es un elemento natural muchas veces, como por ejemplo
la verdura, la carne, las frutas y también a veces, es un elemento elaborado
como es el yogurt, el aceite o el pan. Para el arquitecto el ingrediente puede
presentarse en un estado bruto como es la piedra, la tierra, el agua o la luz y
también se utilizan elementos procesados como el cemento, la pintura o el
vidrio, entre otros. Por lo tanto, desde un punto inicial, ambos deben tener la
capacidad de entender la materia prima y el procesamiento.
La cocción es un proceso para el
cocinero como es la proyección para el arquitecto. Los ingredientes pasan por
una suerte de manipulación que debe dar resultado en ambos casos. La
arquitectura sin proceso no sería creación así como la cocina sin cocción
estaría cruda. Es las similitud más importante que tienen ambas profesiones ya que
los planos de un arquitecto son el resultado de un largo camino idas y venidas
de los diferentes ingredientes que utiliza este para proyectar. Se puede
empezar a proyectar en una servilleta de papel, convirtiendo más adelante los
dibujos en una maqueta y finalmente resulta un edificio que ni se parece a la
maqueta ni a las líneas dibujadas en la servilleta. El espectador, lo que
entiende es el resultado final, pero se pierde el camino hasta llegar al final.
De la misma forma, cuando nos sentamos en un restaurante a comer un plato de
pizza, por ejemplo, nos perdemos el camino por el que paso la harina, el agua,
el tomate, el queso, etc. Simplemente vemos una pizza, de la misma forma que el
ciudadano ve un edificio ya terminado.
Un plato sin fondo, que no cuenta nada, se pierde de la misma manera que lo hace un proyecto. Ambos resultados piden tener un alma en si mismos como puede ser la procedencia, el lugar, la relación con algún elemento. En la cocina y en la arquitectura se tiene que contar algo, tiene que haber una historia. Muchas veces esta historia no es captada por quien visita el edificio o se come el plato pero su creador llegó a ese resultado gracias a ese espíritu que tiene que tener una creación. El fondo es igual de importante que la forma, la presentación. Un edificio feo, que no gusta no va a querer ser visitado por el ciudadano, de igual forma que un plato que no parece rico tampoco va a querer ser probado. Creo que este concepto es dificil de entender a menos que uno sea Chef o Arquitecto.
Finalmente nos encontramos en que en ambas prácticas debemos relacionar lo natural con el ser humano. Eso es una condición para crear un elemento artifical o paisaje, como se diría en el campo arquitectónico. Aunque suene raro, en la cocina también se crea paisaje de alguna u otra forma ya que si se define de forma arquitectónica esto es la unión entre lo natural y el ser humano. Una persona trabajando con elementos sacados de la naturaleza y haciéndolos pasar por un proceso humano está creando algo artificial. La naturaleza en arquitectura se entiende muchas veces como lugar de trabajo pero para un cocinero o Chef la naturaleza es la madre de la mayor parte de sus materia primas, de sus ingredientes. Así como los procesos naturales por los que pueden pasar estos ingredientes.
Ver el programa de televisión
Masterchef me ayudó a ver estas semejanzas. Los sentimientos que tienen que
tener por dentro los participantes de este concurso son similares a los que
tiene un estudiante de arquitectura al corregir sus proyectos. Sería
interesante ver a un grupo de arquitectos cocinar con la teoría de la
arquitectura así como ver a un grupo de Chefs proyectar con los
conocimientos que se aprenden en una
escuela de cocina. Creí que iba a ser más difícil relacionar estas dos
profesiones ya que a simple vista no tiene mucho que ver un plato de comida con
un edificio. Pero poco a poco me fui dando cuenta de que ambos son el resultado
final de muchas variables que se tratan de forma muy semejante.
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